viernes, 18 de noviembre de 2011

Análisis y comentarios de “Afilar el lapicero” de Daniel Cassany.


Guía de redacción para profesionales; es como si Confucio te enseñara a jugar palillos chinos. Considero este libro como la guía de campo de "La cocina de la escritura”, es tanto como el recetario de la cocina. Explica de manera discursiva técnicas referidas en manuales de redacción científico, técnica y empresaria, siendo las maneras más recurrentes de la expresión escrita que gobiernan el mundo de los simples mortales (los otros serían los poetas y los músicos, sí, los semidioses);asimismo aborda el planteamiento del análisis de la idea a través de la descripción del discurso; la ortotipografía (que es tanto como las notas y el pentagrama de la escritura) y el análisis del lector, que advierto como un estudio muy recurrente pero poco reconocido a la hora de escribir, que lo hacemos pero no reflexionamos en ello, por ello se antoja indispensable hacerlo a la hora de escribir. Manos a la obra:
1.    Sobre el lector. (1.*)Demuestra que es tirarse al vacío si no consideramos por quién lo hacemos; Cassany lo traza como un acto intuitivo. Sin embargo considero que es muy ambicioso que el autor considere que su destinatario será su único lector; como escritores no podemos bajo ninguna circunstancia considerar que llegaremos exclusivamente al individuo predeterminado. Entonces el análisis  de Cassany es cierto: el lector no es único, homogéneo ni simple, tampoco es estático o prefijado. Pero cuanto más conscientes esté el escritor del lector, mejor podrá escribir.
2.    Aquí aporta técnicas de análisis del lector (2.*) en situaciones especializadas: cuando se escribe para varios lectores (grupal-recomienda segmentar la audiencia para no reducir el perfil del destinatario), cuando de escribe dentro de una empresa o cuando de trata para un conocido. Lo rescatable de las ideas del Cassany es que la discordancia entre los interlocutores genera frustración.
3.    Las voces del autor (3.*), es el resumen de: si hay discurso, hay autor; porque los discursos no se hacen solos. Importa la presencia del autor y también la impersonalidad que caracteriza el escrito, este simplemente es la forma de trasmitir ideas y sentimientos. Aquí considero importante señalar que la invocación de la persona implica responsabilidad y ganancia, si es impersonal el discurso la responsabilidad se diluye en el grupo (p.e. comunidad científica) y no en un sujeto, igual que el aprovechamiento de la ganancia. (modalización del discurso: indicios lingüísticos que muestran la actitud del autor respecto a lo que dice). Es imposible esconder la subjetividad (uso de atenuantes y significadores).
4.    La estructura, la organización de los datos o documento (4.*), se refiere a la partes componentes de un documento: presentación (introducción) de qué vas a hablar, núcleo, cuerpo, habla y cierre, resumen, conclusión, recapitulación de que has hablado.
5.    Resúmenes (7.*) que resultan una herramienta esencial de trabajo; un resumen es una sinopsis, abreviación del contenido de un documento; cumple la función de ser el primer acercamiento del lector con la obra, matiza, enfatiza y comenta los datos principales, muestra el enfoque con que se aborda el tema enunciado en el título, el punto de vista que aborda el autor, la amplitud que tiene el documento, incluso el tono y el estilo. Recomienda su elaboración al final de la realización del trabajo porque se puede valorar mejor que debe contener y como debe presentarse.

.(* referidos a la composición que determinó Daniel Cassany para el texto)      

Cassany, Daniel. Afilar el lapicero. Anagrama. Quinteto. Barcelona. 2007.

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